Existe en Barcelona un establecimiento llamado Fastvínic donde se rinde homenaje al producto local, estacional y ecológico a través del bocadillo, una reciente apuesta gastronómica de Sergi Ferrer-Salat y el equipo de Monvínic. Lo cierto es que el proyecto se basa en el respeto al medio ambiente, tanto en lo que se refiere al interiorismo del local como a la oferta gastronómica y vinícola.
Y precisamente por su compromiso con la sostenibilidad, Fastvínic ha conseguido la certificación LEED Gold convirtiéndose en el primer restaurante de Cataluña que ha recibido dicho distintivo, otorgado por el Green Building Council de Estados Unidos, máximo referente internacional en el diseño, la construcción y la operación en edificios ecológicos de alto rendimiento.
El equipo de Alfons Tost Interiorisme, junto con la consultoría EcoIntelligentGrowth, encargada de la dirección del proyecto LEED y el asesoramiento en soluciones Cradle to Cradle Inspired, sumados a la experiencia del equipo de Monvínic, han logrado concebir un espacio ecológico realizado con materiales más respetuosos con el medio ambiente, buscando soluciones y productos locales, reciclados, saludables, compostables, reciclables y productos forestales con certificado de origen.
En Fastvínic, la optimización de la eficiencia energética se ha trabajado a través del control de la iluminación, el diseño de los aislamientos y la búsqueda de equipos de alta eficiencia energética. Además, toda la electricidad consumida es de origen 100% renovable. Todo el local, excepto algunos puntos de luz en algunas mesas, está iluminado a medida con leds, habiéndose instalado también sensores de luz natural y presencia que garantizan que sólo se usa luz cuando es necesaria. Por su parte, la eficiencia en el uso del agua se ha conseguido a través de la reutilización del agua consumida para proveer las cisternas de los servicios, y con células y enseres de alta eficiencia para evitar un gasto innecesario.
Para la gestión de residuos, en el mismo comedor, se han dispuesto dos puntos de reciclaje con dos máquinas compactadoras en las que el cliente debe depositar y separar las latas o botellas de plástico del material orgánico -toda la vajilla (platos, vasos, cubiertos, excepto las copas) es compostable-.
En el Restaurante Fastvínic el chef Sergi de Meià propone una carta basada en bocadillos y complementos como ensaladas, repostería y bollería artesanales, elaborados todos a partir de productos catalanes. Como en Monvínic, el vino ocupa un lugar protagonista en la filosofía Fastvínic, con 24 referencias de 12 Denominaciones de Origen catalanas accesibles al público mediante un sistema de autoservicio a copas en tres máquinas dispensadoras. Enfocado a todo tipo de clientes, Fastvínic defiende el producto y la concepción de un espacio totalmente sostenible.