¡Qué podemos decir de Ibiza! Quienes ya la hayan visitado, sobran las palabras porque es una isla para vivirla, para sentirla… Si eres de los que todavía no la conoce, aquí podemos darte cuatro pinceladas para motivarte a escaparte YA mismo. Su fama es conocida en los cinco continentes, si bien es cierto que ella misma esconde cantidad de tesoros como playas recónditas, hoteles maravillosos con vistas al mar, tradiciones centenarias, artesanía multicultural… Y esta época del año es PERFECTA para visitarla. Verano es Ibiza e Ibiza te espera, tan transparente, tan irresistible…
Podemos empezar a hablarte de Ibiza como Vila, como municipio, destacando su recinto amurallado que bien merece una visita, paseando por sus callejuelas, fotografiando sus casas encaladas, disfrutando de las vistas al Mediterráneo y entrando en su Catedral. Su casco antiguo está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y aporta ese peso histórico que convive perfectamente con el encanto de una ciudad alegre y abierta al mundo.
Con una extensión de 572 km2, Ibiza ofrece 210 kilómetros de playas y calas que se pueden disfrutar en cualquier época del año gracias a sus cálidas temperaturas. Son éstas uno de sus principales reclamos turísticos, destacando la que hay junto al Parque Natural de Ses Salines, una de las más visitadas por su ambiente joven y animado. Pero también es importante por su belleza la de Es Cavallet o por su ambiente familiar la de Cala Tarida o la de Cala Carbó. No te será fácil la elección porque cada una tiene su encanto, como las que miran a la silueta de Es Vedrà (381 metros) sobresaliendo del mar, una de las imágenes más emblemáticas de la isla.
La Ibiza rural
También existe una Ibiza de interior, rural, como anclada en el tiempo, de arquitectura propia, donde reinan las tradiciones más ancestrales, como el “ball pagès” que puede verse en determinadas festividades locales. Son zonas que se mantienen aisladas de la masificación, con calas recónditas prácticamente vírgenes, con iglesias encaladas, con pequeños pueblos de vecinos de toda la vida: Santa Agnès de Corona, Sant Miquel, Santa Gestrudis de Fruitera, Sant Carles de Peralta… Y en la mayoría de ellos hay mercadillos donde encontrar toda clase de objetos de regalo y curiosidades, siendo los más famosos los de Las Dalias, Es Canar y Punta Arabí.
En el otro extremo, regresando al bullicio, en la zona del puerto, el Barrio de La Marina, se convierte también en punto de encuentro comercial, con tiendas y escaparates de moda, artesanía, etc. abiertas hasta más allá de la medianoche en verano. Los puestos de mercadillo de esta zona son como pequeños laboratorios de tendencias visitados por curiosos de todo el mundo. Y todo ello se entremezcla con el ambiente cosmopolita y actual de los bares de copas que, caída la noche, llenan sus terrazas a rebosar de gente guapa, animadores de discotecas, etc. sin olvidar los restaurantes donde degustar una deliciosa gastronomía con sabor a mar y el puerto deportivo con espectaculares yates intercalados con barcazas pesqueras.
Ah, y no te olvides de admirar las mejores puestas de sol que hayas visto en la vida. Miles de personas se reúnen en verano en la costa de Ses Variades donde los bares de la zona acompañan la despedida del ocaso con música en directo. Durante todo el año, en invierno de forma más relajada, se puede disfrutar igualmente de este espectáculo que, de verdad, te hace estremecer.
Ibiza es única y la mejor manera de descubrirla es recorriendo la isla, dedicando cada día a un enclave diferente, porque cambia como de la noche al día y nunca mejor dicho. Existen dos islas, la del verano y la del invierno, así como la del sol y la de la luna. Si estás pensando a dónde escaparte este verano, deja ya de romperte la cabeza, lo hemos decidido por tí: Ibiza es tu próximo destino.
Más información: www.ibiza.travel/es
Fotografías: Fundació Promoció Turística d’Eivissa. Autor: Xescu Prats