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Mónaco: un gran destino para un pequeño país

Destino monaco

Las connotaciones que despierta Mónaco son de glamour, lujo y sofisticación, siempre ligadas al principesco apellido Grimaldi, lo que lleva a provocar el deseo de escaparse -aunque sea una vez en la vida- a este paraíso situado en la Costa Azul francesa y que es considerado el segundo país más pequeño del mundo, por detrás del Vaticano. Hoy en nuestro post de viaje te daremos cuatro pinceladas de lo más destacado turísticamente hablando para acabar de convencerte.

El Principado de Mónaco es muy particular por muchas cosas, empezando por su lengua propia, el monegasco, y siguiendo por su privilegiado enclave sobre un peñón, entre el mar y la montaña, y por su historia, que comienza en el año 1297 cuando la dinastía Grimaldi accede al poder. No hay que engañarse, esta pequeña ciudad-Estado es un foco de atracción para los turistas internacionales, con especial incidencia del turismo de negocios. Imprescindible es descubrir el barrio de Montecarlo y su famoso “Carré d’Or” con el Casino de Montecarlo, el Sporting de invierno, el Café de París… Pero la ciudad se divide, además, en otros cuatro barrios: la Condamine, los Moneghettis, el Larvotto y el emblemático Fontvieille, construido sobre el mar.

El Puerto de Mónaco ha sido siempre puerto ineludible perfectamente protegido de cualquier ataque y debe su nombre de Hércules de cuando éste, dice la leyendo, hizo escala en el peñasco. Hoy acoge a grandes barcos, siendo un destino preferido por los cruceros. Pero también puedes llegar por carretera, tren o avión (aeropuerto Nice Côte d’Azur, a 22 km de Mónaco).

Desde que el Ballet Ruso de Diaghilev se instaló aquí de forma permanente en 1922 atrayendo a infinidad de bailarines y artistas, la ciudad ha vivido un amplio desarrollo cultural que llega hasta la actualidad. Cabe destacar el Foro Grimaldi con su exposición de “Los Años de Grace Kelly” que ostenta un récord de visitantes cada verano. También el Foro Internacional de Cine y Literatura, el Festival Internacional de Circo, el Internacional Jumping Montecarlo, el Montecarlo Film Festival de la Comedia, etc. Y los amantes del motor ya sabéis que en Mónaco se celebra el Gran Premio de Fórmula 1, así como el Rally de Montecarlo, y para los más marineros, está el Museo Oceanográfico de Mónaco.

La estampa de los edificios de la ciudad es un clásico para todas las cámaras fotográficas porque, de hecho, construir aquí no deja de ser un desafío para los arquitectos que buscan el mejor aprovechamiento del espacio sobre el agua y en altura, siempre, eso sí, combinando ahorro energético y arquitectura moderna. Pero aún con esta fuerte urbanización, quedan espacios verdes muy bellos para visitar, como el Parque Princess Antoinette, la rosaleda Princesse Grace de Monaco o el Parque Paisajístico de Fontvieille.

Y, cómo no, no puedes marcharte de Mónaco sin ver el famoso Palacio del Príncipe situado sobre el peñasco o la Catedral, que tanto acontecimientos inolvidables ha acogido de la familia real monegasca. Y después de ello, nada como recorrer las calles plagadas de numerosas tiendas de lujo, especialmente de moda, para acabar degustando los barbarjuans, una típica especialidad monegasca de buñuelos elaborados con acelgas, aceite de oliva, arroz y queso parmesano.El Principado de Mónaco es capaz de satisfacer cualquier expectativa que tengas y, si te queda tiempo, aún puedes acercarte hasta las cercanas ciudades de Niza, Cannes, Antibes… y cruzar la frontera italiana. Pero quizás eso lo dejamos para otra propuesta de viajes. ¿Te parece?

Más información: www.cote.azur.fr

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