Si estás pensando en viajar a Barcelona, cuando llegues, no dudes en preguntar por la “Montaña Mágica”. Seguramente, allá donde te encuentres en aquel momento, si estás en la calle, te señalarán con el dedo ese lugar tan especial y al que todos los barceloneses le tienen un cariño especial. Porque el Tibidabo se vislumbra desde prácticamente cualquier punto de la ciudad, a más de 500 metros de altura, y porque su historia representa todo un símbolo. Con todas estas connotaciones, qué duda cabe que el Parque de Atracciones del Tibidabo ha de entrar en tu agenda turística y más si viajas con niños.
El parque está en la cima más alta de la Sierra de Collserola y es uno de los miradores más privilegiados desde donde se puede contemplar la majestuosidad de toda la ciudad y disfrutar de la belleza del mar, sin olvidar el sinfín de actividades que allí tienes para todas las edades con la idea de pasar un día de lo más divertido.
Gran parte del encanto del parque es su historia. Inaugurado en el año 1901, aún existen atracciones de entonces que pueden visitarse, como los Autómatas, con piezas de la época, hoy convertido en museo. Pero, sin lugar a dudas, una de las cosas que más llama la atención es la forma de cómo acceder al parque. Puede hacerse con transporte público o privado y a través de distintos itinerarios, pero el más recomendado a efectos turísticos es con el Tranvía Blau y el funicular, ya construidos a principios de siglo con este fin. Es por ello que se consideran en sí mismos un atractivo para los adultos y una atracción para los más pequeños.
El Tibidabo es el parque más emblemático de la ciudad y uno de los más antiguos del mundo estando en constante evolución aunque sin perder ese encanto centenario que se percibe en los diferentes espacios. Adultos, jóvenes y niños cuentan con más de 25 atracciones, espectáculos de primera y animación itinerante en incesante funcionamiento hasta que cae la noche, incluso, con la actuación del cierre. Y todo ello teniendo como telón de fondo permanentemente la espectacularidad de unas vistas únicas de Barcelona.
De hecho, algunas de las atracciones juegan precisamente con ese escenario excepcional para potenciar la sensación de altura y vacío, como es el caso del histórico avión, la atalaya o el Almacén de las Brujas. Todas las atracciones están distribuidas en diferentes niveles debido a la orografía de la propia montaña y se siguen a través de un cómodo recorrido, salpicado de servicios de restauración, tiendas, zonas de pic-nic, etc. No hay que olvidar el entorno natural del parque, en la cúspide de la Sierra de Collserola, siendo la montaña rusa la que serpentea entre la misma vegetación.
Pero, además del propio parque, una vez se ha llegado a lo más alto de la Montaña Mágica existen otras propuestas por la zona que también pueden realizarse, destacando la visita obligada al emblemático y monumental Templo del Sagrado Corazón, de estilo neogótico, construido sobre una ermita de los salesianos, punto de referencia desde el plano urbano. Se halla a escasos metros de la puerta de entrada al parque y se recomienda subir a la parte superior a través de un ascensor, a 575 metros sobre el nivel del mar.
También se puede visitar el cercano Observatorio Astronómico Fabra, construido en 1901, o la conocida Torre de Collserola, núcleo de comunicaciones de Cataluña, construida con motivo de los JJOO de Barcelona 92 por el arquitecto Sir Norman Foster. Así que ya sabes, en tu próxima visita a Barcelona, toma buena nota en tu agenda de ascender a lo más cerca del cielo de la ciudad, a vivir la magia de este parque y a disfrutar de una impresionante urbe a tus pies, con la mirada hacia el infinito azul del Mediterráneo.
Más información: www.tibidabo.cat